La Quinta República tras las elecciones legislativas de 2024: ¿el fin de un régimen político francés?
Nicolas Séébold[1]
Cuando se trata de la actualidad francesa, tanto en Francia como en el extranjero, el principal foco de atención ha sido los Juegos Olímpicos de París. Parecía más que improbable que las cuestiones constitucionales tuvieran prioridad sobre los Juegos y que, en este periodo de celebración del deporte, el régimen político francés entrara en una crisis que podría resultar fatal.
Hace sesenta y cinco años, el régimen de la Quinta República se concebía como un modelo de estabilidad política y eficacia institucional (I). Pero las elecciones legislativas de 2022 y la disolución de la Asamblea Nacional el 9 de junio de 2024 han desembocado en una crisis política de gran envergadura. Ahora existe el riesgo de que esto conduzca a una crisis del régimen político (II).
Por tanto, parece útil ofrecer a los lectores extranjeros algunos puntos que les ayuden a comprender esta posible crisis.
- Estabilizar el régimen político (1958-2022)
Después de los regímenes republicanos de 1792, 1848, 1870 y 1946, la Constitución del 4 de octubre de 1958 es el acta fundacional del quinto régimen republicano en Francia: la Quinta República. Este régimen tuvo en cuenta principalmente las dificultades encontradas por los regímenes de la Tercera (1870-1940) y Cuarta (1946-1948) Repúblicas, durante las cuales las Asambleas habían impedido al ejecutivo gobernar eficazmente. En efecto, las leyes constitucionales de 1875 marginaron el poder ejecutivo, dando lugar a un “parlamentarismo absoluto[2]”. En cuanto a la Cuarta República, no había sido capaz de consolidar el poder ejecutivo frente a una Asamblea elegida por representación proporcional. La consiguiente multiplicación de los partidos representados había degenerado así en un “régimen de partidos[3]”. La desaparición de la Cuarta República exigía, pues, un refuerzo del ejecutivo (A) y una consolidación de las relaciones entre el gobierno y el legislativo (B). Estos objetivos se alcanzaron mediante la letra y la práctica de la Constitución de 1958.
- La Quinta República y el refuerzo del poder ejecutivo
La necesidad de un “sistema parlamentario racionalizado[4]” llevó a la Constitución de 1958 a reforzar el poder ejecutivo para garantizar su durabilidad y estabilidad. Aunque el régimen siguió siendo parlamentario (el gobierno es responsable ante el parlamento, Const. arts. 20, 49 y 50), estuvo dominado por el poder ejecutivo, y en particular por la figura del Presidente de la República. El Presidente es considerado ante todo el jefe del ejecutivo, con un Primer Ministro y un gobierno nombrados por él (Const., art. 8). Incumbe al Presidente garantizar el funcionamiento regular de los poderes públicos y la continuidad del Estado (Const., art. 5, párr. 1), presidir el Consejo de Ministros (Const., art. 9), promulgar leyes (Const., art. 10), someter determinados proyectos de ley a referéndum popular (Const., arts. 11 y 88-5), disolver la Asamblea Nacional (Const., art. 12), tener poderes excepcionales en tiempos de crisis grave (Const., art. 16), firmar decretos y órdenes (Const., art. 13, párrafo 1), nombrar para cargos civiles y militares (Const., art. 13 párr. 2, 3 y 4), tener derecho a conceder indultos (Const., art. 17), abrir y cerrar sesiones extraordinarias del Parlamento (Const., art. 30) e iniciar enmiendas constitucionales (Const., art. 89). Por último, para consolidar aún más la legitimidad, la autoridad y la independencia del Presidente de la República, la Constitución de 1958, que preveía inicialmente la elección presidencial por sufragio universal indirecto por un colegio de electores, fue rápidamente revisada para introducir la elección por sufragio universal directo en 1962 (Const., art. 6).
- Concordancia de mayorías en un sistema parlamentario
Al ser la Quinta República un régimen parlamentario, la concordancia de mayorías – que se obtiene cuando el Presidente y la mayoría de los diputados pertenecen al mismo partido – garantiza una mayor estabilidad. Permite al ejecutivo apoyarse en una Asamblea en la que dispone de mayoría absoluta y cuyos diputados se comportan “disciplinadamente[5]”.
En su búsqueda de la estabilidad institucional y de un mayor poder para el ejecutivo, la Quinta República ha desarrollado mecanismos para obtener la mayoría absoluta y alcanzar el “hecho mayoritario”. Cabe destacar la elección del sistema de votación para las elecciones legislativas (circunscripciones uninominales con dos vueltas de votación) y la inversión del calendario electoral[6] tras la enmienda constitucional del 24 de septiembre de 2000, que puso fin al mandato presidencial de siete años en favor de un mandato de cinco años. Desde entonces, las elecciones legislativas, salvo en caso de disolución, siguen a las presidenciales. Este calendario permite al Presidente vencedor seguir disfrutando de su popularidad y ver a su partido obtener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
En teoría, todos estos mecanismos constitucionales deberían haber racionalizado el sistema parlamentario francés, haciendo de la Quinta República el régimen más estable que Francia haya conocido. Sin embargo, todo ello fue sin tener en cuenta la grave crisis política en 2022, que ahora amenaza todo el régimen.
- Desestabilización del régimen político (2022-2024)
Si resulta que efectivamente hay una crisis de régimen en 2024 (B), sus orígenes se encuentran en la crisis política que se inició tras las elecciones presidenciales y las elecciones legislativas de abril y junio de 2022 (A).
- Una crisis política
La reelección del presidente Emmanuel Macron el 24 de abril de 2022 se produjo por defecto, en la medida en que fue el resultado de un “frente republicano” contra la extrema derecha que había llegado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Sin embargo, en un hecho sin precedentes, aunque los votantes aceptaron esta reelección por temor a que la extrema derecha llegara al poder, no le concedieron al Presidente en las elecciones legislativas del 11 y 19 de junio de 2022 la mayoría absoluta a la que se había acostumbrado la mayoría presidencial. Con sólo una mayoría relativa de 246 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional, al ejecutivo le resultó difícil llevar a cabo su política.
Sin embargo, se podría objetar que la Quinta República no ha conocido solamente mayorías absolutas y que, por tanto, no hay ninguna razón para que no pueda superar esta mayoría relativa del partido en el poder. Al fin y al cabo, el régimen se ha caracterizado por tres periodos de cohabitación (es decir, cuando la mayoría parlamentaria es para un partido opuesto al del Presidente): de 1986 a 1988, de 1993 a 1995 y de 1997 a 2002. Del mismo modo, el partido presidencial ya disponía de una mayoría relativa de 1988 a 1993. Sin embargo, y por eso 2022 marca un punto de inflexión en la historia del régimen, la “polarización partidista[7]” nunca había sido tan fuerte desde 1958 y los partidos que componen la Asamblea no están en absoluto dispuestos a negociar entre sí. Es una observación que algunos han comparado con una “Cuarta República peor[8]”.
Tal vez, en estas condiciones, el gobierno habría hecho bien en entablar más diálogo con los demás partidos de la Asamblea. Sin embargo, esta no fue la opción elegida por el ejecutivo que, por el contrario, incrementó su uso del párrafo 3 del artículo 49 de la Constitución – que permite aprobar ciertas leyes por la fuerza[9] – y se contentó con disposiciones constitucionales que le son favorables para eludir el debate parlamentario (Const., art. 44, párr. 3, 47-1)[10]. La inflexibilidad del Presidente y su negativa a mediar han tenido como efecto aislarle[11] y, al mismo tiempo, reforzar el apoyo de los electores a los partidos más radicales de la oposición; todo ello en un contexto de disturbios urbanos[12], aumento de la inseguridad y la delincuencia en general[13], y elevado déficit público[14].
- ¿Una crisis del régimen?
Aunque el bloqueo institucional[15] era cada vez mayor, el régimen aún podía ver cómo la mayoría presidencial, por relativa que fuera, forzaba la aprobación de su programa. Fueron las elecciones europeas de 2024 las que cambiaron todo. Los 6 y 9 de junio, los electores franceses debían votar a sus representantes en el Parlamento Europeo, tras dos años de desafío al Presidente. Los resultados reflejaron efectivamente este rechazo al ejecutivo, ya que la coalición en torno al partido del Presidente sólo obtuvo el 14,60% de los votos, frente al 31,37% de la extrema derecha, segunda en las elecciones presidenciales de 2022. Esta estrepitosa derrota llevó al Presidente de la República a disolver la Asamblea Nacional el mismo día de los resultados y a convocar nuevas elecciones legislativas para los días 30 de junio y 7 de julio. Esta decisión sorprendió tanto a los comentaristas como a los actores políticos. Sin embargo, según el Presidente, se debió a su deseo de clarificar el panorama político francés. En esta ocasión, el Presidente reiteró que el resultado sería “responsabilidad del pueblo francés” y que una victoria de la extrema derecha, o de la extrema izquierda, podría conducir “a la guerra civil[16]”.
Disolver la Asamblea Nacional no es una decisión insignificante. La Quinta República sólo ha conocido seis disoluciones en sesenta y cinco años (1962, 1968, 1981, 1988, 1997 y 2024). Sin embargo, en muchas ocasiones, ha resultado ser una apuesta ganadora para el Presidente de la República que la convocó y, en cuatro ocasiones, la maniobra permitió al Jefe del Estado obtener una mayoría absoluta o, como mínimo, relativa.
Pero en la noche del 7 de julio de 2024, la Quinta República entró en una nueva fase de su historia. La Agrupación Nacional de extrema derecha (Rassemblement national – Reunión nacional) se convirtió en el partido más grande de la Asamblea Nacional con 125 escaños. Sin embargo, no obtuvo la mayoría absoluta, ni siquiera la mayoría relativa, y fue derrotado por la coalición de izquierdas (Nouveau Front populaire –Nuevo Frente Popular), que obtuvo 178 escaños. No obstante, hay que matizar este resultado, ya que esta coalición de circunstancias sigue dividida entre el partido de extrema izquierda (La France insoumise – Francia insumisa) y las izquierdas más moderadas (principalmente el Parti Socialiste – Partido Socialista –, Les Écologistes – Los Ecologistas – y el Parti communiste français – Partido Comunista Francés). En cuanto a la coalición en torno al partido presidencial (Ensemble! – ¡Juntos!), cuenta ahora con 150 escaños.
En estas condiciones, la Quinta República ya no tiene un “hecho mayoritario” y ningún partido dispone de mayoría absoluta. Así pues, la Asamblea Nacional sólo está formada por tres bloques que, cuando no están divididos internamente, han acumulado tal detestación mutua que cualquier consenso parece no ser más que un deseo.
Conclusión
A los ojos de algunos comentaristas, el régimen de la Quinta República no hace más que seguir la senda de una sana racionalidad del parlamentarismo[17]. Sin embargo, esta observación parece un tanto optimista y parece también que el régimen está empezando a mostrar signos de agotamiento. La idea inicial del régimen de la Quinta República era mantener un ejecutivo fuerte dentro de un sistema parlamentario para evitar el bloqueo institucional. Este modelo pudo satisfacer las aspiraciones de los ciudadanos en su momento, pero ahora parece cosa del pasado en una sociedad cada vez más empobrecida y fragmentada. En un contexto de crecientes tensiones entre los ciudadanos y de polarización de la arena política, los mecanismos de la Quinta República tienen dificultades ahora por mantener la máquina institucional en funcionamiento.
¿Cambiar el régimen político, por atractivo que parezca, es la solución? Montesquieu decía que sólo se debe tocar la ley con mano temblorosa, a fortiori cuando se trata de la Constitución.
[1] Doctorando en Derecho Público en el Instituto Maurice Hauriou (IMH) de la Universidad Capitole de Toulouse (Francia). También posee un Máster en Derecho Bancario y Financiero y un Máster en Derecho Público. Sus principales campos de investigación son la teoría del Estado, el derecho constitucional y la ciencia administrativa.
[2] Raymond Carré de Malberg, La Ley, expresión de la voluntad general. Estudio sobre el concepto de derecho en la Constitución de 1875, París, Recueil Sirey, 1931, p. 196.
[3] Charles de Gaulle, comunicado de prensa publicado el 15 de mayo de 1958, cf. Philippe Ratte, De Gaulle y la República, París, Odile Jacob, 2018, p. 69
[4] Boris Mirkine-Guetzévitch, “Las nuevas tendencias del derecho constitucional: los problemas de la racionalización del poder en las constituciones de la Europa de posguerra”, Revista de derecho público y ciencias políticas en Francia y en el extranjero, t. XLV, no 1 [enero-febrero-marzo de 1928], Paris, Marcel Giard, 1928, pp. 5-53.
[5] Armel Le Divellec y Michel de Villers, Diccionario de derecho constitucional, 13e ed., 2022, París, Sirey, p. 173.
[6] Ley Orgánica No. 2001-419 de 15 de mayo de 2001 que modifica la fecha de vencimiento de los poderes de la Asamblea Nacional.
[7] Denis Baranger, “Ni mayoría, ni convivencia: la quinta República en el mundo después…”, Blog Jus Politicum, 24 de junio de 2022.
[8] Jean-Pierre Camby y Jean-Éric Schoettl, “Los impactos del ciclo electoral de 2022 en el equilibrio de las instituciones: ¿crisis de representación o representación de la crisis?”, Revista de derecho público y ciencia política en Francia y en el extranjero, no 5 [septiembre-octubre de 2022], París, Lextenso, 2022, p. 1336.
[9] Nicolas Séébold, “¿De un proyecto de reforma de las pensiones a una crisis del régimen francés?”, Blog Revista Derecho del Estado, 31 de mayo de 2023.
[10] Ibid.
[11] Solenn de Royer, “Reforma de las pensiones y consentimiento: ‘uno contra todos’ de Emmanuel Macron”, Le Monde, 15 de abril de 2023.
[12] Senado, “Disturbios de junio de 2023: comprender, evaluar, reaccionar”, Informe informativo, no 521 [2023-2024], presentado el 9 de abril de 2024.
[13] Servicio Ministerial de Estadística para la Seguridad Interior (SSMSI), Inseguridad y delincuencia en 2023: una primera fotografía [Comunicado de prensa], 31 de enero de 2024.
[14] Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee), “En 2023, el déficit público ascenderá al 5,5% del PIB, la deuda pública al 110,6% del PIB”, Informaciones Rápidas, no 74, 26 de marzo de 2024.
[15] Jean Gicquel y Jean-Éric Gicquel, Derecho constitucional e instituciones políticas, 37e ed., París, LGDJ, 2023, p. 632.
[16] “Emmanuel Macron considera que los programas de ‘los dos extremos’ conducirán ‘a la guerra civil’”, Le Monde, 24 de junio de 2024.
[17] François Saint-Bonnet, “¿Disolución, locura? La Quinta República, régimen parlamentario”, Blog Jus Politicum, 4 de julio de 2024.
Para citar: Nicolas Séébold, “La Quinta República tras las elecciones legislativas de 2024: ¿el fin de un régimen político francés?” en Blog Revista Derecho del Estado, 31 de enero de 2025. Disponible en: https://blogrevistaderechoestado.uexternado.edu.co/2025/01/31/borrador-automatico/