Facultad de Derecho

Disyuntiva al voto electrónico en Colombia

Comentario al artículo

Padrón Pardo, Floralba. 2019.

E- voting en Colombia: avances y desafíos en la implementación

Revista Derecho del Estado. 42 (abril, 2019), 211-248.

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Por: Luis Alberto Cárdenas Hernández[1]

El constituyente primario al plasmar el voto en la Constitución Política de Colombia, otorgó una triple naturaleza constitucional[2] y de igual forma a través del artículo 93 con la figura del  bloque de constitucionalidad se dio un cuarto derrotero de carácter internacional, según lo establecido en el artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos en donde se enmarca al voto como un derecho de carácter político.

De esta forma y de manera acertada, la profesora Floralba Padrón empieza por exponer las características del voto en Colombia, teniendo como punto de referencia el desarrollo constitucional y la normatividad contemplada en competencia del Congreso de la República, comprendiendo como eje definitorio la regulación y los actos legislativos que permiten el acceso a los modos de participación democrática al servicio de la ciudadanía.

Es así que en Colombia, según lo expuesto por la profesora Padrón, el desarrollo normativo, dio origen a dos categorías del voto electrónico; el primero categorizado como voto presencial, en donde el ciudadano necesariamente debe dirigirse a un puesto de votación y con ayuda de medios tecnológicos ejerce su derecho al voto. Bajo esta premisa, es necesario traer a cotación que lo anteriormente expuesto simplemente opera como una ayuda didáctica para el elector y de igual forma su finalidad principal es reemplazar el papel y el lápiz.

La segunda categoría va mucho más allá de una simple ayuda en el electorado, denominado voto electrónico remoto, en donde no es necesario el desplazamiento del ciudadano a las urnas o centros de votación y desde la comodidad del hogar o donde se encuentre se ejerce el derecho al voto desde un celular, una computadora o incluso enviando a la mesa electoral una tarjeta que cuente con identificador de un código de barras en donde se haya depositado la decisión del ciudadano.

Por lo anteriormente expuesto, la deslegitimidad que existe entre la ciudadanía y los órganos de representación democrática, junto al auge y el uso de las nuevas tecnologías, se pone en tela de juicio los parámetros normativos establecidos por el Congreso, los cuales se hacen susceptibles de mejoras ante los retos que tiene la participación democrática en un Estado social de derecho.[3]

A través del Acto Legislativo 01 de 2003 la acción discrecional a la que se refiere la profesora Padrón pretende establecer agilidad y transparencia en las votaciones electrónicas, por lo que hasta el momento no se ha implementado un mecanismo tecnológico eficaz que garantice dichas finalidades y se ejecuten en los días en que la ciudadanía acuda a las urnas para elegir miembros del Congreso de la República o candidatos a la Presidencia. Es así que como lo menciona la autora, en Colombia solo se han avizorado planes piloto que facilitan el voto presencial en elecciones atípicas, de autoridades locales y de consultas de partidos y movimientos políticos.

En garantía de la reforma constitucional anterior, es necesario cuestionar todas las ideas que pretenden desarrollar posteriormente el respectivo tema, por los cuales se establecen presupuestos exorbitantes[4] que pretenden incentivar la compra de aparatos tecnológicos, inversiones en programas que pueden ser “hackeables”, tal como se ha podido visualizar en el último año en donde en reiteradas ocasiones los sistemas informáticos de entidades del Estado han sido objeto de varios ataques cibernéticos[5]. En solución de lo anterior, uno de los medios que garantiza la transparencia e incorruptibilidad de estos sistemas que se pretenden implementar en la participación democrática es el llamado “blockchain”.

El blockchain traducido en español como cadena de bloques, se viralizó hace algunos años con el uso de las criptomonedas, y su característica principal es la protección rígida del sistema gracias a su propia arquitectura; en donde cada bloque contiene: i) información; ii) el hash que consiste en tener un número único e irrepetible en cada uno de los bloques; y iii) información del hash del bloque anterior, por lo que logra enlazar cada uno de estos bloques entre su predecesor y su sucesor[6].

Ahora bien, la característica que hace que el blockchain se vuelva un sistema único, incorruptible e “inhackeable”, se fundamenta bajo la siguiente premisa: al momento en que se intente manipular el hash de cualquier bloque, se lograría que la cadena se rompiera inmediatamente y de igual forma si un usuario lograra alterar la información del bloque o llegase a existir alguna novedad, la comunidad adscrita al sistema tendría la información de aquella variación o manipulación, lo cual conllevaría a que toda la base de datos del ciudadano quede anulada y sin efecto alguno[7].

Una vez denotada la seguridad del sistema, es preciso señalar que con la implementación del blockchain en el E-voting, se lograría establecer aquel mecanismo de participación remoto con la información contenida y complementaria en las cédulas de ciudadanía y la información biométrica como mecanismos y parámetros de seguridad que se requieran denotar en la cadena de bloques y que, en consecuencia, lograría materializar lo pretendido inicialmente por el Proyecto No. 081 de 2002 Senado[8]; junto con lo expuesto en las modalidades automatizadas de votación de la Ley 892 de 2004.

En consecuencia, la idea en la formulación del voto electrónico no morigera los problemas actuales que ostenta el ejercicio democrático en una sociedad como la colombiana, cuestión que a primera vista, puede reflejar un obstáculo en factores de la ciudadanía como la edad, en donde muchos adultos mayores no logran entender los mecanismos informáticos o tecnológicos y podría tener una renuencia al momento de acudir a las urnas; siguiendo la línea argumentativa, el nivel socioeconómico también es determinante, entendiendo que actualmente en Colombia existen niveles de pobreza[9] y extrema pobreza que pueden lograr aumentar el riesgo en las malas prácticas electorales e incrementar el abstencionismo por falta de medios de conexión a internet en los territorios apartados y la imposibilidad de obtener aparatos tecnológicos adecuados que garanticen que el voto se deposite adecuadamente.

Por lo tanto, la profesora Padrón establece de manera acertada las generalidades y características del voto en Colombia, junto con el desarrollo constitucional y legal en donde se infiere que las intenciones del legislador han sido notoriamente buenas, queriendo introducir el papel de participación democrática de una forma mas contextualizada a los cambios que exige la globalización y que conjunta y armónicamente la Corte Constitucional garantiza bajo su jurisprudencia el deber que tiene el Estado para desarrollar los mandatos establecidos en el artículo 2 y el artículo 258 de la Carta Política.

Finalmente, los retos de la implementación electrónica no ocurren solamente en Colombia, ya que como se mencionó anteriormente no existe una seguridad informática y del sistema que sea idónea, eficaz, absoluta, por la cual las aspiraciones legislativas de cada ordenamiento las pueda materializar, quedando en un primer plano en meras expectativas y en consecuencia, en un segundo escenario en la presentación de planes piloto que en el caso colombiano no ha sido útil ante las demandas electorales. Sin duda el escenario plasmado no es del todo negativo, afortunadamente la implementación de los nuevos sistemas informáticos, pueden lograr que estas aspiraciones se lleven a un plano material, efectivo, seguro y económico en donde el Estado en su conjunto debe evaluar dichas posibilidades en aras de eliminar los dos grandes desafíos a los que hace mención la autora en su artículo: el primero bajo la órbita de reintegrar a la ciudadanía la confianza en unos resultados electorales, limpios y transparentes; el segundo con el objetivo de lograr la disminución de la abstención electoral en donde se garantice la inclusión de los mecanismos electrónicos a todos los sectores de la población colombiana[10].


[1] Abogado, estudiante de Especialización en Derecho Constitucional en la Universidad Externado de Colombia. Twitter: @droitrc. Contacto: luis.cardenas03@est.uexternado.edu.co

[2] Según lo desarrollado por la profesora Padrón, el voto en Colombia tiene las siguientes características: i) Un deber ciudadano; ii) Un derecho fundamental; y iii) Un mecanismo de participación ciudadana.

[3] Uno de los mayores retos es reducir el abstencionismo electoral y generar mayor confianza al electorado colombiano, reduciendo los casos de compra y venta de votos.

[4] Según Ricardo Sotaquirá, director del programa de ingeniería informática de la Universidad de la Sabana y Johana Fandiño profesora del programa de ciencias políticas de la misma universidad, los costos exorbitantes en la implementación del voto electrónico pueden oscilar en más de un billón y medio de pesos. Disponible en https://www.unisabana.edu.co/nosotros/subsitios-especiales/especial-campus-elige-bien/que-pasa-con-el-voto-electronico-en-colombia/

[5] En el presente año, el Estado colombiano fue objeto de varios ataques cibernéticos a través de hackers, en donde páginas de instituciones como el Ejército Nacional, el Senado de la República y la Presidencia de la República            fueron   “tumbadas”         por         el            colectivo               Anonymous        Colombia.           Disponible           en https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/anonymous-hackers-tumban-la-pagina-de-presidencia-de-colombia-586042

[6] Playground (30 de marzo de 2018). Qué es “Blockchain” en 5 minutos [Archivo de Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Yn8WGaO__ak

[7] Ibíd.

[8] En palabras de la profesora Padrón, el texto original del proyecto de ley, el voto electrónico estaba definido de una manera ambiciosa, en el entendido de pretender que las personas pudieran ejercer el derecho al voto de manera remota.

[9] Según el medio de comunicación La República, en Colombia existen más de 21 millones de personas que viven en la pobreza y cerca de 7,4 millones de personas que viven en extrema pobreza. Disponible en https://www.larepublica.co/economia/mas-de-21-millones-de-personas-viven-en-la-pobreza-y-74-millones-en-pobreza-extrema-3161813

[10] Padrón Pardo, F. 2018. E-voting en Colombia: avances y desafíos en la implementación. Revista Derecho del Estado. 42 (nov. 2018), 211–248. DOI:https://doi.org/10.18601/01229893.n42.08.


Para citar: Luis Alberto Cárdenas Hernández, “Disyuntiva al voto electrónico en Colombia” en Blog Revista Derecho del Estado, 10 de junio de 2022. Disponible en: https://blogrevistaderechoestado.uexternado.edu.co/2022/06/10/disyuntiva-al-voto-electronico-en-colombia/